PRESENCIALIDAD
SI, pero NO A CUALQUIER PRECIO.
El inicio del nuevo curso presenta las
novedades de un virus más contagioso, (La variante Delta presenta índices de
incidencia nunca vistos en la población en edad escolar), y también la vacunación de un gran porcentaje de la
comunidad educativa mayor de 12 años. Aunque la evidencia científica y el
criterio de muchos especialistas sigue siendo mantener las premisas que con la implicación
de todo el profesorado asturiano dieron tan buen resultado el curso anterior,
parece ser que la política educativa se ha visto cegada por los números de una vacunación
paliativa y no esterilizante que permite una reducción de gasto a costa de
poner en grave peligro la salud de toda la comunidad educativa.
Desde la experiencia en las aulas y la evidencia cientifica podemos afirmar
que las medidas que han demostrado eficacia contra el Covid
en las aulas son: el uso de la mascarilla, el distanciamiento social, la
ventilación cruzada y el confinamiento rápido en caso de sospecha de
positividad. Medidas que el profesorado
asturiano adopto de forma intuitiva el curso pasado bajo la máxima “más
vale prevenir que curar”, en contra muchas veces de las decisiones políticas y
de los equipos directivos.
El nuevo curso se inicia en pleno desarrollo de una ola pandémica de la variante DELTA, la variante más contagiosa hasta ahora conocida. Los expertos están alertando de que la vacuna no es esterilizante, “una persona vacunada puede sufrir la enfermedad y ser transmisora de esta", y se empieza a cuestionar la eficacia temporal de la vacuna, llegando ya a plantearse abiertamente la necesidad de una tercera dosis. Mientras tanto, nos encontramos con nuevas instrucciones de la Consejería de Educación que plantean más dudas que certezas, con decisiones en política educativa tomadas en junio y que las evidencias científicas dejan sin sentido en septiembre.
SINTTA considera imprescindible garantizar la presencialidad de la educación, pero no a cualquier precio. Tenemos claro que lo primero es la salud, pero parece que la Consejería de Educación quiere olvidarse del virus al volver a una situación pre-pandémica, dejando las medidas de prevención al azar de la ventilación de las aulas, el éxito de las vacunas y el uso de la mascarilla. Pero cabe recordarle que este “bicho” ya nos ha demostrado que no se olvida de nosotros
SINTTA
denuncia que la Consejería de Educación del Principado fomenta la reducción de
la distancia personal, priorizando el ahorro económico sobre la salud de la comunidad
y la calidad educativas. Ya en junio nos anunció la preocupante recuperación de ratios pre-pandemia
y la disminución a 1,2 m la distancia
entre los pupitres del alumnado. En agosto conocemos la insuficiente
convocatoria de profesorado interino, que otro año más, provocará que el curso
se inicie sin todo el profesorado necesario y a todo ello hay que sumar la reducción
y demora en la contratación de profesorado de refuerzo COVID. Consideramos que estas
no son estrategias para enfrentarse a los déficits de aprendizaje que presenta
el alumnado en esta situación excepcional.
Las
instrucciones de la Consejería fomentan las concentraciones del alumnado al suprimirse
las entradas y salidas escalonadas a los mismos. El alumnado accederá a la
misma hora por sitios diferentes, pero olvida que son inevitables las aglomeraciones debido
a la estructura arquitectónica de la mayoría de los centros que hace que la ruta desde el punto de acceso al aula y
viceversa sea única.
SINTTA denuncia que la Consejería no cumple
con sus obligaciones de prevención de la salud de sus trabajadores. Iniciamos el curso pasado con la realización de
PCR masivas al profesorado asturiano con el fin de evitar posibles focos de contagio.
Este curso ni siquiera se ha planteado la realización de test entre los trabajadores docentes.
SINTTA denuncia la falta de dotación de material
higiénico necesario de protección (mascarillas FP2 homologadas), a los
profesionales de la educación que llevamos desde el día 1 de septiembre en los
centros.
Con la experiencia del pasado curso donde fue
inexistente la prometida formación en gestión Covid en las aulas y la
bochornosa actuación de la Consejería al proporcionar “tres trapos no
homologados” como única protección, hecho que obligo al profesorado a proveerse,
(por sus propios medios), de material de protección de su salud. Este curso
parece ser que vamos por el mismo camino.
SINTTA denuncia y anuncia su oposición rotunda
a que el alumnado vacunado no hagan cuarentena tras haber mantenido un contacto
estrecho con un positivo Covid, por el riesgo innecesario para la salud de toda la comunidad
educativa.
Parece ser que los centros educativos y sus usuarios siguen otra lógica diferente
al resto de centros de trabajo, donde detectado un positivo, este obligado por
la ley a guardar cuarentena, pues en caso de no hacerlo está sujeto a
consecuencias penales contra la salud pública.
Además, esta medida modificaría
sustancialmente el protocolo COVID basado en la detección precoz de positivos y
la rápida colaboración con los centros sanitarios, dejando sin sentido la
existencia de las aulas de aislamiento COVID
SINTTA, sindicato que defiende los derechos
de los trabajadores de la enseñanza no universitaria, se reserva el derecho de
tomar las medidas legales oportunas en el caso de que algún trabajador se vea
afectado por la enfermedad contagiado por un alumno portador al que no se le
hizo guardar cuarentena.
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